El actual director asistente de la Orquesta Sinfónica de Extremadura en España tiene 36 años y quiere emular lo hecho por otros antioqueños frente a grandes orquestas internacionales.
Hay un símil que hace el director de orquesta paisa Juan Pablo Valencia Heredia con el deporte. Él ha tenido la oportunidad de dirigir las que llama “Selecciones Colombia” en cuanto a música orquestal se refiere: el movimiento infantil y juvenil Batuta, la Filarmónica joven de Colombia (director asistente y director invitado), la Sinfónica Nacional de Colombia, la Sinfónica Eafit y Filarmed. Por eso se siente un privilegiado: “He aprendido mucho a diferenciar cuando enseñar y cuándo ensayar”.
Hoy se encuentra fuera del país como director asistente de la Orquesta Sinfónica de Extremadura, en España. Comenzó a finales de 2021 y se ha mantenido, dándole otra mirada, esa tan colombiana y latina a una orquesta europea, internacional, emulando lo que han hecho sus colegas Andrés Orozco-Estrada y Juan Felipe Molano.
Está siguiendo el camino de estos dos grandes directores…
“Los conozco, aprecio, respeto y admiro. Con el maestro Orozco tengo una relación muy estrecha, se ha convertido en un tutor, en un amigo, una voz de admirar. Es un referente para las nuevas generaciones. Antes de la audición de Extremadura tuve una charla con él. Al maestro Juan Felipe también lo admiro por toda su carrera, el liderazgo frente a las nuevas generaciones, su perfil de director, pero también de director de orquestas jóvenes, eso es exigente y la carrera que él hace en Estados Unidos es brillantísima”.
Audicionó para la Orquesta de Extremadura y pasó como director asistente, ¿qué se ha encontrado?
“Lo primero es que artísticamente había una orquesta muy parecida en el ámbito humano a nuestra orquesta en Medellín, entonces me hicieron sentir como en casa. Hay voluntad de querer trabajar allí, hay un respeto y unas ganas que me hicieron sentir que iba a funcionar y que me conectaba. La ciudad en la que estoy, en donde está funcionando la orquesta de Extremadura, es Badajoz, no en la capital que es Mérida. Es una ciudad de 160.000 habitantes, es pequeña, el ritmo de vida baja un poco con relación al agitado de Medellín, eso me dio un oxigeno diferente y me enseñó a aprender en cada una de las dinámicas”.
¿Por qué cree que a los músicos y directores de orquesta de Medellín les va bien en orquestas como estas?
“Yo siento que están pasando cosas muy buenas en Medellín para que el perfil de director y músico se expanda. Es una mezcla entre lo técnico y humano, entre carisma y empatía en la personalidad del antioqueño. Cuando unes todos esos elementos realmente se impactan los proyectos a donde uno llega. Desde lo cultural si hay que trabajar lo hacemos intensa y apasionadamente y lo disfrutamos, eso no se enseña en la academia, está innato. Siento que vendrán más directores a futuro y tienen mucho para brillar en el mundo”.
Fuente (El Colombiano)