Los hechos ocurrieron en Francia entre 2020 y 2022, y ahora un Tribunal ha condenado a la madre a 18 meses de prisión. Se alimentaba de lo que podía robar y con la ayuda de los vecinos.
Corría el año 2020, en plena pandemia mundial a causa del coronavirus, cuando una mujer francesa abandonó en su hogar a su hijo pequeño de nueve años. Le hacía visitas puntuales para darle algo de comer, pero ni dormía ni compartía más ratos con él. Así, durante dos años. Ahora, cuatro años después del inicio de la historia, al Tribunal de Primera Instancia de Angumela (Francia) le ha condenado a 18 meses de prisión.
Según el medio local Charente Libre, el joven sobrevivió durante dos años en un apartamento de la ciudad de Nersac. Su alimentación se basaba, además de los días puntuales que su madre le llevaba comida, en latas de conserva, verduras o pasteles que robaba a los vecinos. Mientras, durante esos años su madre vivía en la localidad de Sireuil junto a su pareja, a cinco kilómetros de su hijo.
En el colegio no notaron la ausencia de la madre, pues el joven no reflejaba la situación a la que se hacía frente en casa. Cada día, acudía con una sonrisa y era un buen alumno. De acuerdo con el citado medio, el hecho de vivir sin electricidad y sin agua caliente no era problema a la hora de ir “limpio y feliz” a clase. Mientras, los vecinos de Sireuil donde vivía la madre con su pareja nunca vieron al pequeño.
La madre niega los hechos
En este tiempo que ayudado por sus vecinos, ofreciéndole algo de comer. Hasta que finalmente uno de ellos decidió avisar a la policía, sorprendida cuando se percató de que el joven vivía sin la presencia de sus padres en “un apartamento con muy poca inversión”.
Cuando entraron en él, solo encontraron los edredones con los que se tapaba durante las frías noche de invierno para hacer frente al frío y una nevera vacía. Alexandra (39 años), la madre del joven, ha negado los hechos ante el Tribunal, pero los vecinos han confirmado los resultados de las investigaciones. “La situación tiene un lado triste y aterrador”, aseguran.
Ahora, el niño, “muy maduro y resiliente” según un educador, ha sido trasladado con una familia de acogida y no quiere tener noticias de su madre, después de que se le retirara la custodia y fuera condenada por “abandono de un menor que compromete su seguridad”.
La madre, que apenas ha ido a verle dos veces desde que fue trasladado con la familia de acogida, asegura que el joven iba Sireuil (donde reside su pareja) en autobús y ella la seguía en su moto, aunque los jueces no la creyeron. Ahora se enfrenta a 18 meses de prisión, seis de ellos bajo vigilancia con una pulsera electrónica, además de estar sometida a tratamiento.