Los canes de grandes dimensiones deberán pasar este test, después de que ley elimine la actual lista de perros potencialmente peligrosos.
El pasado mes de febrero el Congreso aprobaba la nueva Ley de Bienestar Animal tras una igualada votación: 174 votos a favor, 167 en contra y siete abstenciones. Una normativa que pone el foco sobre el cuidado y mantenimiento de los animales domésticos. Entre sus novedades está la inclusión de un tiempo máximo para dejar una mascota sin supervisión o algunos animales que ya no se podrán tener en casa.
Además, también se deberá realizar un curso vía online (gratuito y de validez indefinida) para poder tener un perro como mascota. Y de forma adicional, tanto el dueño como la mascota deberán superar una especie de test para “valorar su aptitud para desenvolverse en el ámbito social”. La forma y el contenido del mismo todavía no está del todo cerrado.
A su vez, esta nueva ley elimina la ‘polémica’ lista de perros potencialmente peligrosos. En su lugar se realizará a los perros grandes este test de sociabilidad. Según la Real Sociedad Canina de España (RSCE), dicha prueba podría consistir en dos apartados diferentes: el primero, en un entorno a campo abierto y, un segundo, en un entorno urbano.
Ejercicios a realizar
La RSCE, en su página web, explica los ejercicios del test que realizan desde la institución. Según explica a El País el experto en adiestramiento y vocal del organismo, Carlos Alfonso López, el test será más sencillo. “Falta saber a partir de cuántos kilos de peso”, afirma. La primera parte del mismo, con siete ejercicios diferentes, empieza con el perro tumbado con distracción dos minutos. Pasado el tiempo, los guías abandonan la zona de forma ordenada. Los tres siguientes implican caminar de forma controlada y sin tirones por circuitos que decida el ‘juez’, con líneas rectas, giros y cambios de ritmo.
Ya en el entorno urbano, esta segunda parte del test consta de ocho ejercicios (si bien la prueba final puede ser más corta). Subir y bajar del coche con correa y bozal, pasear por la vía urbana con correa, interacción del propietario con otras personas, subir y bajar escaleras mientras se cruza con otros peatones o la inspección del perro por parte de un veterinario.
Según los resultados obtenidos, la puntuación puede ser de ‘apto’ o ‘no apto’. Para conseguir el visto bueno se deben superar al menos 11 de las 16 pruebas que hay en el actual examen. En caso de no superar la prueba se disponen de dos oportunidades más para poder hacerlo, aunque deben pasar al menos dos meses entre cada una de las presentaciones.
Fuente (AS)