La píldora anticonceptiva masculina está lista para comenzar los ensayos en humanos este año. Los ratones pudieron volver a ser fértiles entre 4 y seis semanas después de interrumpir la toma del medicamento.
Un equipo de científicos informó este miércoles (23.03.2022) haber desarrollado una píldora anticonceptiva masculina que demostró un 99 % de efectividad en ratones sin efectos secundarios y podría iniciar ensayos en humanos para el fin de año.
Los hallazgos de este anticonceptivo serán presentados en la reunión de la primavera boreal de la Sociedad Química estadounidense y marcan un hito en la oferta de métodos de control natal y de responsabilidades para los hombres.
Un tercer método aparte de condones y la vasectomía
Desde que la píldora anticonceptiva para las mujeres fue aprobada en la década de 1960, los investigadores han estado interesados en el desarrollo de su equivalente masculino.
«Múltiples estudios muestran que los hombres están interesados en compartir la responsabilidad anticonceptiva con sus compañeras», dijo a la AFP el médico Abdullah Al Noman, graduado de la universidad de Minnesota, a cargo de presentar esta investigación. Pero hasta ahora, entre los métodos efectivos para hombres disponibles solo se encuentran los condones y la vasectomía.
En el caso de la vasectomía, la cirugía reversible es costosa y no siempre tiene éxito.
Efectos secundarios de las píldoras
La píldora femenina usa hormonas para alterar el ciclo menstrual y los esfuerzos históricos por desarrollar un equivalente masculino se han centrado en la hormona de la testosterona.
El problema con este enfoque, sin embargo, es que tiene efectos secundarios como aumento de peso, depresión e incremento de los niveles del colesterol conocido como lipoproteína de baja densidad (LDL), que aumenta los riesgos de enfermedades cardíacas.
La píldora femenina también acarrea efectos secundarios, incluyendo riesgos de coagulación sanguínea, pero frente a la posibilidad de quedar en embarazo en ausencia de un método anticonceptivo, el cálculo del riesgo difiere.
La píldora anticonceptiva femenina suele ser un preparado combinado y contiene dos hormonas: un estrógeno y un progestágeno.
Método no hormonal
Para desarrollar un método no hormonal, Noman, que trabaja en el laboratorio de la profesora Gunda Georg, se enfocó en una proteína llamada «receptor de ácido retinoico (RAR) alpha».
Dentro del cuerpo, la vitamina A es procesada de diferentes formas, incluyendo el ácido retinoico que juega un importante rol en el crecimiento de las células, la formación del esperma y el desarrollo embrionario.
El ácido retinoico necesita interactuar con el RAR-alpha para desarrollar estas funciones y los experimentos de laboratorio han demostrado que ratones sin el gen que crea el receptor RAR-alpha son estériles.
Para su trabajo, Noman y Georg desarrollaron un compuesto que bloquea la acción del RAR-alpha. Ellos identificaron la mejor estructura molecular con la ayuda de un modelo computarizado.
«Si sabemos cómo es el ojo de la cerradura, entonces podemos hacer una mejor llave, ahí es donde entra el modelo computarizado», explicó Noman.
Su compuesto químico, conocido como YCT529, también fue diseñado para actuar específicamente con el receptor RAR-alpha, y no con otros receptores relacionados como el RAR-beta y el RAR-gamma, con el fin de evitar al máximo los posibles efectos secundarios.
Administración oral en ratones
Siendo administrado de forma oral en ratones por cuatro semanas, el YCT529 redujo drásticamente su conteo de esperma y fue 99 % efectivo en la prevención del embarazo sin efectos adversos observables.
Los ratones pudieron volver a ser fértiles entre 4 y seis semanas después de interrumpir la toma del medicamento.
El equipo investigador, que recibió fondos de parte de Institutos Nacionales de Salud y de la Iniciativa para la Contracepción Masculina, trabaja con la compañía llamada YourChoice Therapeutics para iniciar ensayos en humanos en el tercer o cuarto trimestre de 2022.
«Soy optimista de que avanzaremos rápidamente» dijo la profesora Gunda Georg, considerando un tiempo de llegada al mercado de unos cinco años o menos. «No hay garantía de que funcionará, pero sería de verdad sorprendente si no viéramos un efecto también en humanos», agregó la científica.
Fuente (DW)