La noticia sobre la presencia de “la coquí antillano” en el país revive esta palabra que parecía haberse olvidado con la desaparición de la orquesta de Los Tupamaros, que universalizó ‘La chica gomela’, canción que de paso universalizó la palabra gomela. La chica dice “¡Ay, qué nota!”, “¡Considérate out!”, “O sea, nada que ver” y “para mí algo superplay o nada”, mientras el cantante le ofrece desde wiski hasta helado de fresa.
La palabra gomelo, aventura la Fundación del Español Urgente, Fundéu, viene de gomina, gel para el pelo que se usábamos los muchachos de los años 60, o de goma de mascar, o sea, ‘chicle’, también característico del gomelo, que siempre está con algo en la boca. Un personaje actual que revive al gomelo clásico es Juampis González, el antipático arribista creado por Alejandro Riaño. La rana es calificada como gomela, porque habita en coloridos y vistosos jardines, donde canta el coooquíííí que le da su nombre. Lo que no nos queda claro es por qué los científicos de la Universidad Javeriana y de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca le dicen “la coquí antillano”, con artículo femenino (la) y adjetivo masculino (antillano), si es tan fácil respetar la concordancia de género diciendo “la coquí antillana
Te darás cuenta de
“Llorarás y llorarás / sin nadie que te consuele; / así te darás de cuenta / que si te engañan, duele” (Llorarás, Óscar de León). Mejor cambiar el segundo y el tercer verso por “así te vas a dar cuenta / de que el engaño duele”, porque la preposición de va después del verbo darás cuenta (“te darás cuenta de”) y no en medio de los dos términos que lo componen. El cambio propuesto respeta la métrica, pues los versos siguen siendo octosílabos. El de que resultante es correcto. Quitarlo, como se suele hacer, constituye el error llamado por la Academia queísmo, y por algunos gramáticos, dequefobia. No debe ir de que después de verbo transitivo, “cree que es verde” (no “cree de que es verde”), pero sí después de verbo intransitivo, “me di cuenta de que era verde” (no “me di cuenta que era verde”).
Fuente (EL Tiempo)