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La diseñadora colombiana que fue contactada por Michelle Obama

La diseñadora Johanna Ortiz entró a su tienda en Cali, por allá en 2012, y no se sintió bien. “Le dije a mi hermana Paola (que trabaja conmigo), cuando vi la ropa para la venta, que no me pondría nada de lo que había colgado. Estaba complaciendo a las clientas, pero no era yo”. No era una crisis creativa, sí un momento de desequilibrio.

Empezó a cambiar sus diseños, quiso conservar lo sexy de la mujer, pero de una manera más femenina, sin un escote hasta el ombligo, por ejemplo. “Yo le apostaba a mi silueta, a mi bolero, pero nadie me lo estaba aceptando”. Ese desafío lo manejó por dos años, “que fueron difíciles –menciona en su renovado taller en Cali–. Perdimos muchas clientas”.

El momento de quiebre

Fue entonces cuando apareció la oportunidad de cerrar Colombiamoda 2014. Su colección se llamó Nativa, una propuesta llena de matices caribeños en la estampación con faldas tipo lápiz, camisas vaporosas, detalles de boleros y juegos de dimensión. Había llegado el equilibrio que estaba buscando, “al planear esa pasarela me quería medir todo, sí quería usar las prendas”.

La ropa que presentó se vendió después del desfile. Johanna había encontrado su norte: “Yo no me inventé el bolero, lo puse de moda”, dice.

La empresaria estadounidense, cofundadora y directora de marca de la tienda de ropa en línea Moda Operandi, Lauren Santo Domingo, vio las imágenes de la pasarela, “pidió ver la colección en Nueva York, “fue como una tesis de grado”, cuenta Ortiz.

Santo Domingo, con siete personas más, vio la ropa, “por delante, al revés, las costuras, y me preguntó si iba a hacer otra colección pronto. Yo le respondí que no sabía, que le estaba presentando mi estilo”.

Para Santo Domingo era demasiado buena para dejarla perder y escogió más prendas para comercializarlas en su página. Johanna Ortiz no las había llevado todas pero gracias a la colaboración de sus clientas logró que la ropa, esa que había vendido en Colombiamoda, estuviera al otro día a las 8:00 de la mañana en Nueva York. “Fue una ayuda maravillosa de la gente que me rodea. Quienes habían comprado se emocionaron con esta oportunidad de estar en Moda Operandi, mandaron la ropa y al otro día se estaban tomando las fotos”.

Luego llegó la oportunidad de estar en Saks Fifth Avenue, la cadena de grandes almacenes de lujo. “Cuando vi mi ropa al lado de la de Chanel y la de Balmain me sentí intimidada, pero feliz”, y venía más.

El famoso top

Se llama la blusa Tulum (ver imagen), la azul clara que han vestido celebridades como la exMiss Universo Olivia Palermo: hombros descubiertos, mangas cortas, vaporosas y remangadas. “Ese fue el icono, el que sacó el nombre de Johanna Ortiz afuera –cuenta la diseñadora–. Yo no inventé el bolero ni los hombros descubiertos, pero los puse en tendencia”.

Cuenta Catalina Londoño, gerente de ventas internacionales y quien maneja relaciones públicas para la marca Johanna Ortiz, que al principio fue una sorpresa ver a grandes celebridades con el top Tulum, “simplemente la compraron, pusieron la foto con ella en sus redes y etiquetaban a Johanna”.

Ahí empezaron los estilistas de las famosas a interesarse en la ropa y en el nombre de la diseñadora colombiana, “algo muy grande fue la portada de Vogue con Amal Clooney, toda una sorpresa. Apenas salió empezaron las llamadas, las órdenes y se agotó ese vestido”, cuenta Londoño.

Después Michelle Obama le escribió directamente. “A medida que fuimos creciendo y posicionando la marca a nivel mundial, montamos una oficina de muestras en Nueva York, allí llegan los estilistas de las estrellas a buscar ropa. Generalmente piden préstamos (para eventos y entrevistas), en el caso de la Señora Obama y otras personalidades lo hemos hecho a la medida, a veces se les da como obsequio y en otras ocasiones lo compran”, precisa Londoño.

Johanna Ortiz pasó de vender 3.800 unidades en promedio en 2014 a 29.000 hoy. Tiene 90 puntos de venta en 27 países y las grandes estrellas buscan sus vestidos, camisas, faldas y enterizos.

Encontró la silueta que buscaba y hoy, desde sus costureras hasta su equipo de mercadeo, todas se prueban la ropa en pleno momento creativo. “Yo quiero ver cómo se ve en varias tallas, varios cuerpos”, porque asegura que sus diseños deben lucir bien en la figura de todo tipo de mujer, sean estrellas o no.

(Fuente: El Colombiano)

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